El 29 de enero de 1942 se firmó un
Protocolo, que por sarcasmo se llama de Paz y Amistad, con cuya
demarcación de límites, se desmembró al Ecuador de doscientos mil
kilómetros cuadrados. Un tratado infame, que cubre de vergüenza e
ignominia impuesto por la fuerza de las armas, con el cual se violaron
las normas del Derecho Internacional, en la fatídica Reunión de Consulta
de Cancilleres de América, efectuada en la ciudad de Río de Janeiro.
Argentina, Brasil y Estados Unidos,
ofrecen sus amistosos servicios. De inmediato el Ecuador los acepta,
pero el Perú lo hace tardíamente y solapadamente porque el plan de
invasión ya lo tenía preparado. El Perú por sí y ante si declara
terminada la mediación y moviliza a sus tropas hacia la frontera con
Ecuador. Todas las tropas que estaban en Túmbez desocuparon la ciudad,
marcharon hacia delante, con dirección al río Zarumilla sobre las líneas
avanzadas de la frontera; el mismo día ataca el Perú con sus enormes
fuerzas de guerra en Zarumilla-Cazadores.
Con todos los hechos narrados brevemente, queda en claro la NULIDAD DEL
TRATADO DE RIO DE JANEIRO, ya que en el Derecho Internacional se
encuentra un literal que dice: "Un ataque armado por parte de cualquier
Estado Americano, será considerado como ataque contra los Estados
Americanos". "Los Estados Americanos condenan la guerra de agresión ".
"El territorio de un Estado es inviolable: no puede ser objeto de
ocupación militar, ni de otras medidas de fuerza, que tomadas por otro
Estado directa o indirectamente, cualquiera que fuera el motivo, aún de
manera temporal, no se reconocerán las adquisiciones territoriales o las
ventajas especiales que se le otorgan por la fuerza o por otros
cualquier medio de coacción".